Ayer lunes, por la mañana, me fui a dar una vueltilla con la cámara. Era una mañana fría pero soleada, por lo que el paseo era bastante agradable. Mientras estaba haciendo la fotografía que encabeza el post noté que me estaba vibrando el móvil. Era una buena amiga, aunque las noticias que me tenía que dar no eran nada buenas, acabábamos de perder en un accidente a un amigo común con 29 años recién cumplidos. En ese momento me quedé helado.
No es que fuese de mi circulo más cercano de amigos, pero en una época de mi vida fue una persona muy importante. Por suerte, con la imagen que me quedo es con la de una foto que le hice junto a su cuadrilla pasándoselo en grande en las pasadas fiesta de San Mateo, así era él en estado puro y así lo recordaré. Ahora creo que es momento de reflexionar y sacar las conclusiones necesarias, pero creo que un echo así nos marca a todos los que lo vivimos, y por desgracia no es la primera vez que me ocurre.
Amigo, estés donde estés, nunca te olvidaré.