Ya por último, tan solo me quedan las fotos realizadas en la sesión de Roland, un auténtico crack en lo que a creatividad y técnica se refiere. Es capaz de transformar cualquier escena cotidiana en lo que a él le pase por la cabeza simplemente jugando con unos flashes y geles de diferentes colores. Realmente, lo que más me sorprendió de Roland es que a sus 20 años tiene las cosas clarísimas y una cabeza muy muy bien amueblada, para mí es todo un superdotado.
Con este post y tras los anteriores de Horacio y Leandro, ya doy por concluida esta semana dedicada en exclusiva a las sesiones del workshop, lo que no quiere decir que no vaya a seguir aplicando todo lo que allí aprendí. Además, se despertó en mí el echo de querer seguir avanzando y aprendiendo de auténticos profesionales como son ellos. Por otro lado, también me sirvió para conocer a mucha gente con las mismas inquietudes y que gracias a twitter seguiré viendo como crecen e intentaré aprender algo de ello día a día.
Os dejo con las últimas fotos del gran Unai, que casi podría apostar que es quien más aprendió de Roland, jeje.
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